miércoles, 2 de mayo de 2007

Tremendo pelotazo dio los primeros tres puntos del Tomba en la A

Tarde calurosa de septiembre, a pocos días de la primavera en el Far West de Argentina. Una leyenda –que no es ex arquero de Independiente- ¡ pero qué dicee!, cuenta que el técnico Llop hizo lo posible para hallar la fórmula del gol en la Bodega.“Mendoza/Miranda”, “Poy/Mendoza”, “Poy/Miranda”, y así repetía cada tarde esta fórmula de laboratorio ¡ pero qué dicee !, que no logró hallar un resultado óptimo en el juego. Sin embargo, todo cambió en una tarde, cuentan.Es que la Asociación de Básquet quedó muy preocupada por el cuarto lugar que había obtenido el equipo de Ginóbili durante ese año en el Mundial disputado en Japón, entonces quien dirigía esa entidad se le ocurrió transmitirle a Julio Grondona, por entonces presidente de la AFA, una idea que cambiaría para siempre el destino del fútbol argentino.Dicen que la conversación que mantuvieron ambos jefes deportivos fue larga y tensa; por cierto, muy discutida. Pero se llegó a una conclusión:“Este sábado, cuando Godoy Cruz de Mendoza reciba a Belgrano de Córdoba, haremos un experimento cuyo objetivo final será mejorar el rendimiento de los tiros de larga distancia en la selección de básquet”, dijo Grondona ante un grupo de periodistas con cejas fruncidas y despistadas. Es que, en el fondo, no le gustaba para nada la idea de que el Colorado Volco Wisky jugara en forma experimental en un equipo recién llegado a la Primera A del fútbol argentino. Cuentan que durante ese Mundial de Básquet, el colorado Volco Wisky había perdido muchos tiros de larga distancia y de haberlos concretado, la selección de Ginóbili y Oveja Hernández hubieran sido los campeones del mundo y no España, como resultó ser en ese entonces.Pero la leyenda nos cobra un retroactivo ¡pero qué dicee! y nos transporta nuevamente al Estadio Malvinas Argentinas, en esa tarde del sábado en el que aterrizó al campo de juego un equipo ya se conocían mucho: Belgrano de Córdoba. El plantel mendocino pisó el césped decidido a ganar, pero los primeros minutos de juego demostraron que el equipo bodeguero viviría una tarde aburrida más en su paso por Primera A. Mucho roce y pocas situaciones de gol. Sin embargo, el técnico Llop, a partir de un llamado telefónico que recibió en pleno campo de juego por parte de Grondona, introdujo un cambio que –valga la redundancia- cambiaría la historia del fútbol argentino: el colorado Volco Wisky por Mauro Poy.“¡Qué hace!”, “¡qué hace!”, se preguntaron todos los jugadores del Tomba en ese momento, más despistados que nunca, al ver que la estrella del equipo se retiraba del campo de juego y que sería sustituido por un basquetbolista. Pero sólo transcurrieron cinco minutos cuando se produjo el gran acontecimiento que cambió la historia del fútbol: los cristales del tablero electrónico del Malvinas Argentinas se habían partido en un millón de pedazos, tras ser interceptado por un tremendo pelotazo enviado por el colorado Volco Wisky. Mientras la popular su corría despavorida para no recibir heridas por los vidrios que caían del tablero, el referí levantó el brazo y sancionó ¡ tres goles para el Tomba ! Cuentan que los jugadores de Belgrano se pusieron tan furiosos que abandonaron el campo de juego, siendo el resultado final “Godoy Cruz: 3 Belgrano: 0”.Cuentan que desde ese momento, Volco Wisky regresó al básquet y comenzó a acertar todos los triples que había errado a lo largo de su carrera. Y fue muchas veces goleador de la Liga Nacional y la NBA.Mi nombre, Alejandro Trapo, para darle un brillo no tan distinto a la historia del fútbol.

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