miércoles, 2 de mayo de 2007

El abuelo del Piojo López

Cuentan que el abuelo del Piojo López le pegaba tan fuerte a la pelota que una vez envió una carta de amor, adentro de un balón, de Río Cuarto hasta Carlos Paz. La leyenda cuenta que fue durante una medianoche, en los años cincuenta, cuando hacer llamados a larga distancia con los teléfonos de ENTEL te dejaban con los bolsillos flacos. Cuentan que esa medianoche, antes de pegarle a la pelota, el abuelo del Piojo López dijo cuatro palabras "mágicas" al balón. El pelotazo partió de Río Cuarto, llegó a Carlos Paz y no ingresó por el balcón de la habitación de la novia, sino que bajó un piso, partió los vidrios del cuarto de su futura suegra y el balón se estrelló en el espejo de esa habitación, mientras la suegra se estaba sacando los ruleros. Imagínense el revuelo que hubo en esa casa de verano. Es que ese pelotazo fue el cierre de un gran romance.Cuentan que desde ese momento, el abuelo del Piojo López dejó de mandar cartas de amor adentro de pelotas. Sin embargo, la gran duda fue saber "cuáles fueron las cuatro palabras que pronunciaba antes de pegar un pelotazo". Será coincidencia o no, pero cuentan que a principios de los 80, el ahora gobernador de California, Arnold Swazernager, antes de filmar Terminator, pasó por Río Cuarto. Dicen que allí conoció al abuelo del Piojo López, que seguía buscando a ese viejo amor, mientras le enseñaba a jugar al fútbol a su pequeño ñieto Claudio, futuro jugador de Racing y de la selección argentina.Más allá de que sea o no verdad esta historia, lo concreto es que cuando uno dice "alcoyana-alcoyana" significa que hay coincidencia. Y la coincidencia, usted lo podrá deducir, fue cuando una cámara de Fox Sports captó la imagen del rostro del Piojo López, en el momento previo de efectuar un pelotazo, durante un encuentro de la selección argentina en el Monumental de Núñez. Concretamente, el telebeam determinó que el Piojo López, antes de mandar la pelota al tablero electrónico de ese estadio, le dijo al balón, al mejor estilo Terminator: "hasta la bosta, baby". Cuentan que esas fueron las cuatro palabras mágicas que su abuelo había dicho en caliente, antes de tirar ese pelotazo que se estrelló en el espejo de los ruleros de su suegra, durante aquella primavera de los 50, en Carlos Paz.Mi nombre, Alejandro Trapo, para sacarle un brillo no tan distinto al fútbol. Nos vemos, eaeapepé.

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