miércoles, 2 de mayo de 2007

El día que José de San Martín jugó al fútbol

Cuenta una leyenda, que no es el ex arquero de Independiente (¡pero qué dicee!), que el padre de la patria argentina, José de San Martín, alguna vez supo colocar una pelota a la altura de la grandeza de la historia que dejó en su legado de vida: es que justamente fue con su "delegado" (¡pero qué dicee!) con quien jugó a ese deporte que años después, en Gran Bretaña, se llamaría "fútbol", el más popular de todos los juegos a lo largo de la historia.Cuentan que una tarde, el general San Martín viajaba a San Luis con una pequeña comitiva para descansar en las aguas termales de esa provincia argentina. En esos tiempos era gobernador intendente de las provincias de Cuyo. Cuentan que en esa ocasión San Martín no pudo cruzar el río Desaguadero por una crecida, por lo que tuvo que esperar un día entero para pisar San Luis. Según dicen, el general estaba muy cansado y agobiado del calor desértico de La Paz, entonces se metió de una en el Desaguadero, aún a costa de que esas aguas no fueran tan calientes como las de San Luis. Si bien sus asistentes le advirtieron que si se bañaba en el Desaguadero su salud iba a empeorar, San Martin no les llevó el apunte y se tiró de una al agua pato -como solían decir en esos tiempos (¡pero qué dicee!) La cuestión fue que un pato salió volando del río Desaguadero. Y era algo inusual. El delegado de San Martín notó que su jefe se estaba sobando el dedo gordo del pie derecho, por lo que fue inevitable llegar al núcleo del asunto: el general no pudo reaccionar a tiempo de las bajas temperaturas del Desaguadero que levantó el pie derecho con todas las fuerzas de un sablazo de Granadero. Y pasó que al levantar el pie, le embocó justo a un pato que voló unos veinte metros en dirección al oeste y allí, el ave cayó con las alas abiertas.Cincuenta años después, un paisano llamado Romualdo Cabeza de Vaca, reveló esta historia y como prueba de la verdad señaló el espantapájaros de madera que hizo con los restos de ese pato de alas abiertas, que había sido pateado por San Martín. Y como ese espantapájaros era usado de arco para los partiditos de fútbol de los campesinos de la zona, el gobernador Tiburcio Benegas decidió levantar allí el Monumeto al Pato (¡pero qué dicee!), más tarde llamado "el arco de San Martín" y finalmente bautizado para siempre con el nombre de "Arco del Desaguadero".En la actualidad, en la provincia de Mendoza existe un equipo de fútbol que se llama San Martín y que durante el 2004 tuvo la posibilidad de ascender a la máxima categoría cuando jugó la Promoción con el Talleres de Córdoba de Omar Pastoriza.Mi nombre, Alejandro Trapo, para contarles una leyenda no tan distinta de la historia del fútbol. Nos vemos, ea ea ea pepé (¡pero qué dicee!)

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