miércoles, 2 de mayo de 2007

La leyenda de los avioncitos de papel para espantar a barras bravas del Tomba

Cuenta una Leyenda –que no es el ex arquero de Independiente (¡pero qué dicee!), que tras años de inoperancia de la Policía de Mendoza y en vistas de la tregua que había hecho el ejercito israelí en el Líbano, “nada mejor que contratar a un ejército bien entrenado para impedir el ingreso de los violento al Estadio (Malvinas Argentinas)”, habría afirmado un ejecutivo del Ministerio de Seguridad de la provincia de Mendoza. Es que toda la provincia había soñado, durante años, con tener un equipo de fútbol en el torneo de los grandes, pero en la preliminar del Día del Niño, los violentos, desde afuera de la cancha, impidieron el debut de Godoy Cruz en el fútbol grande.Cuentan que el entonces gobernador Cobos tuvo que soportar muchas horas de debate en su oficina para permitir que el ejército de Israel reemplazara a la Policía de Mendoza para un partido de fútbol. Finalmente, cuentan que el gobernador aceptó cuando un asesor le dijo “señor, si hacemos un plebiscito, la opinión pública va a preferir el ejército israelí antes que nuestra lamentable policía”.La leyenda cuenta que cuando se hicieron los primeros contactos hubo entusiasmo en toda Israel –inclusive se habló de una colaboración del Pentágono para hacer inteligencia alrededor del Estadio. Sin embargo, Israel se había comprometido ante las Naciones Unidas a no hacer uso de las armas de fuego. Aún así, la leyenda cuenta que cuando la iniciativa pendía de un hilo, de repente una fuerte soga cayó del ingenio de los militares israelíes, que permitieron llevar a cabo la idea original:“Está bien, señor Cobos: atacaremos con aviones...pero con aviones de papel. Después de todo, es lo único que podemos hacer por ahora”.Tarde memorable en el Estadio Malvinas Argentinas de Mendoza. Tan memorable que las tribunas estaban repletas de banderas azules y blancas, tanto por el lado del Tomba como por el lado del equipo visitante, que casualmente los colores de su cuadro también coincidían con lo de la bandera de Israel. Cuentan que los jugadores ingresaron al Estadio y fueron recibidos por una gran ovación. Y en ese momento, tras escucharse un misterioso disparo al aire, miles de avioncitos de papel empezaron a volar por todo el Estadio. Eran tantos avioncitos que muchos de ellos se perdieron afuera de las tribunas y fueron a parar al Parque San Martín. Un testigo contó que “los avioncitos de papel eran como abejas que apuntaban hacia un panal: los barrabravas de Godoy Cruz, esparcidos en todo el Parque, a punto de hacer estropear otra vez el partido. Entonces los avioncitos de papel los atacaron en sus pieles y le produjeron hinchazones. Otros directamente salieron huyendo, muy espantados de la situación”.Lo que nadie contó fue que el ejército israelí había previsto un millón de avioncitos de papel para tirar, por lo que el partido tuvo que suspenderse por veinte minutos para limpiar el césped del Estadio, repleto de papelitos, como si fuera una histórica jornada final, como la que fue en aquella tarde de junio entre Argentina y Holanda, en el estadio de River Plate.Mi nombre, Alejandro Trapo, para sacarle un brillo no tan distinto a la historia de nuestro fútbol. Nos vemos, ea ea ea pepé.

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